Tener padres divorciados creía que era algo que nunca me pasaría y si llegaba a ocurrir era mucho peor para mí. Hasta me daba pena decirlo a todo el mundo, no quería que nadie lo sepa. Pero poco a poco me di cuenta que la situación no era tan grave como pensaba. Aunque hay momentos en que toda esta situación resulta muy cansado.
Si tu padre es uno de los que siempre está viajando y quiere llevarte contigo al extranjero, por ejemplo. Se necesitarán llenar muchos papeles en los que se asegura que el padre y la madre autorizan la salida de su hijo del país. De lo contrario, nunca se podrá hacer.
De pequeño uno planea las cosas que va hacer con mamá el fin de semana y tal vez al día siguiente con papá. Puede que haya algún evento importante y las visitas cambien de día. Por suerte mientras crecía mi voz se hizo oír. Entonces, llegó el momento en que empecé a decidir. Era complicado decidir con cuál de los dos quería estar, todo sería más fácil si ambos estuvieran juntos.
Siempre oiremos las quejas que se hacen los dos
Cuando los padres están divorciados y ser el hijo único, queda claro que no habrá hermanos. Pero lo que sí tendré son medios hermanos por ambas partes. Por otro lado, están las peleas que tienen los dos, es algo muy complicado. Uno se queja del otro y lo peor de todo es que uno tiene que oírlos.
Pero si las cosas siguen tensas entre los dos te usaran de mensajero y eso es incómodo. Cuando ya tienes voz y voto te puedes revelar y dejan de lado sus niñerías. Si la mamá decide tener pareja, puede que conozcas a varios candidatos porque ninguno le convence por completo. Lo mismo pasará con papá, él también saldrá con varias mujeres hasta sentir bien con una de ellas.
Ah, me olvidaba de las fiestas de fin de año. Es algo divertido, pero a la vez no. Aunque decidas pasarla con mamá y pasarla todo el día junto a ella, se tiene que ir a visitar al papá. Ni que decir de los cumpleaños, un rato con mamá y otro rato con papá. Además, se puede hacer dos fiestas para compartir con la gente que más se quiere.